A la mañana siguiente, el se despertó un poco sobresaltado, y no se había dormido, se vistió y desayuno, cuando se marchaba a trabajar, se dio cuenta que el cuarto de ella estaba abierto y sin nadie en él. Él, que ya estaba lleno de sorpresas no quiso esperar a que ella le pudiese decir algo, y la llamo. Se había ido andando a clase, por eso había salido antes, entonces él resopló y se marchó a trabajar.
Él también solía salir de casa con tiempo para ir al trabajo, pero hoy decidió ir en bicicleta y por otro sitio, lo que no sabía era que su sonrisa se la cortarían radicalmente.
Al pasar por una calle estrecha, de esas que huelen a mal, y el sol nunca calienta los adoquines del suelo, él lo vio a lo lejos al salir de trabajar, era el ladrón que le cambio la vida, quien lo vio y fue hacía nuestro amigo, y con la fuerza y la rabia contenida del parque, dado que estaba su amiga(la antigua amada de nuestro amigo) y se quiso comportar, le soltó un puñetazo directo a la cara, tuvo que saltar para darle. Nuestro amigo se desplomó, con tan mala suerte que al caer, y se pegó contra uno de esos hierros verdes que están en los cantos de las aceras para que los coches no se suban.
El ladronzuelo se vio en un gran embolado, ya que tenía un poco de moral, y no podía dejarlo, inconsciente, tumbado en el suelo, sobretodo porque no pasaba nadie por aquella calle, así que él fue quien llamó a la ambulancia. Así él se lavaba las manos como Pilatos, quitándose el cargo moral de no haberlo ayudado.
Cuando llegó la ambulancia el ladronzuelo desapareció, y se fue a casa asustado por lo que había hecho, al llegar a casa se dijo que eso nadie lo tendría que saber, ni su amiga, ni nadie. Que la última vez que se decidió a confesarse sobre algo relacionado con nuestro amigo salió un poco perjudicado.
Al llegar al hospital, fue la primera vez que supimos si tenía familia, aparte de ese gran corazón, y tenerla la tenía, pero vivía muy lejos, más allá de donde habita el olvido. Quienes dijeron que sólo irían si su estado agravaba más, bueno todos no lo dijeron, su hermana, que era un poco menor que él, dijo que ella iría a cuidarle, cogió un avión desde su ciudad para cruzar mares y océanos por ver a su hermano, que hacía 7 años que no lo veía.
Ella estaba esperando esta oportunidad desde que él se marchó, y ahora que ya había acabo los estudios no se lo pensó dos veces y marchó.
Nuestro amigo en el hospital estaba en la UCI, pese al puñetazo lo que le había hecho el daño había sido la caída, y esa larga perdida de conocimiento, que todavía no había recuperado.
Su compañera de piso, la joven camarera, era de la edad de su hermana, y no sabía el por qué del retraso de nuestro amigo, quien no fue a recogerla al trabajo. Entonces, lo llamó pero daba comunicando, era ya rozando la media noche.
Segundos antes, la antigua amada le llamó por teléfono, para saber el por qué no había acudido a su cita, no conoció la voz de quien lo cogió, era el médico que esperaba un conocido cercano para coger sus bienes, porque le parecía raro que nadie lo echase de menos.
Pero así es la vida, y en momentos difíciles te encuentras muy solo y casi sin salida, mientras que el resto de personas puede pensar que estas perfectamente.
Al poco tiempo, la camarera consiguió hablar con el móvil de nuestro amigo, y al enterarse de la noticia salió corriendo hacia el hospital, pero al llegar, ya estaba ella, la amada, y no se dijeron nada, sólo “¿Sabes cómo está?!
Al ver que no podían hacer nada, la amada se fue para su casa, y la camarera se fue con las pertenencias de nuestro amigo hacia su piso.
Pasó la noche, y la camarera madrugo más que nunca para llegar pronto al hospital para preguntar todo lo que pudiese preguntar, y al llegar ahí se encontró con una joven, parecía un poco mayor que ella, durmiendo en la ventana de la UCI apoyada en una maleta. La camarera se sentó y esperó a que llegasen los médicos.
15
Cuando llegaron los médicos, la joven de la maleta se despertó sobresaltada, y a la pregunta de ¿algún familiar? Ella contestó rápidamente que ella era su hermana. Así pues, la chica aquella entró con los médicos para decirle el parte, y que tendrían que esperar, que estaba en las 72 horas más críticas, dado que había entrado en coma, las constantes vitales eran normales y estables, y de momento no sabían nada más.
Así pues, al salir de hablar con los médicos, la otra joven, la camarera, le preguntó ¿Cómo esta?¿Qué te han dicho? Y la hermana contesto:
-“Nada, que tenemos que esperar, y ¿tú quien eres?”
-“yo soy la compañera de piso de tu hermano, y vamos a tener un hijo común. Digo que soy compañera, porque ahora a tú hermano lo notaba un poco indeciso por una chica que le escribió cartas durante un tiempo y luego desapareció.”
-“Si, se me la historia esa, que le robaron las cartas, que ella leía un libro. ¿Y qué hay de ella?
-“Ha vuelto y queda de vez en cuando con tu hermano, pero el daño que le hizo le sigue pesando”
-“Bueno, pues cambiando de tema, ahora viviré yo en lugar de mi hermano, y como ahora no nos dejaran ver a mi hermano ni desde el cristal.¿Me harías el favor de acompañarme a casa para darme una ducha?”
Allá se fueron las dos, una dos pasos delante de la otra, la cual tiraba de una pesada maleta.
Cuando volvieron al hospital, se seguían hablando poco, cada vez más, pero poco. Y al llegar la hermana fue a buscar a los médicos, y la camarera vio una nota en el cristal y la cogió, era de la amada, y se la escondió en el bolso. Al volver la hermana, le preguntó por la nota, ella lo desmintió, pero al ver la cara de mala leche, y el “te irás de mi casa!!” le hizo cambiar de opinión, y se la dio.
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Bueno pues parece ser que al final no fue para nada.
Déjame tu opinión. Muchas gracias y hasta la próxima.