Tras unas Navidades divididas en dos, he de reconocer que echaba de menos tantas cosas que España brinda.
Cosas como ir de tapas por el tubo, ir a un bar a pasar la tarde hablando de todo y de nada, risas con los amigos hablando de temas ultra-trascendentales, volver a ver a esas gentes que se les echa de menos, y una larga lista que haría colgarse el servidor de blogspot .
Ahora estoy en la blanca Alemania, con rostros y voces en la memoria.
Hoy camino encogido para tener más equilibrio y pienso si sería una buena idea el ponerme las zapatillas de clavos para venir a trabajar, ya que en mi barrio las maquinas quitanieves no pasan, y el hielo y la nieve se acumulan en las calles haciendo imposible el hecho de venir en bicicleta a trabajar.
Y al final, todo sigue igual, no? Pues no lo sé, está vez la morriña por dejar las riberas del Ebro ha sido mucho mayor. No sé a que ha sido debido, a las gentes, al hecho de haber dividido las navidades en dos con un viaje relamapago “A TRABAJAR”, a las risas, al sabor agridulce de la última noche, …
I like it
Nota aclarativa: Aunque esto esté dentro de pensamientos calopantes, ha sido pensando mientras camina al trabajo
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Bueno pues parece ser que al final no fue para nada.
Déjame tu opinión. Muchas gracias y hasta la próxima.